Un gato

Foto de Amed Zahid

A veces se me escapan los sueños...Se cuelan por las rendijas de la ventana de mi habitación, apenas me despierto. Queda la sensación de un viaje interrumpido de pronto, que se aleja poco a poco del recuerdo. Y una pregunta en el aire: ¿Era yo quién caminaba resuelta por ese mundo impreciso, donde todo puede ocurrir?
Mamá soñó con un gato esta noche. Era como Garfield, pero a rayas verdes, y era enorme, su cabeza era como un balón de fútbol, venía corriendo hacia ella y de pronto se paró a sus pies, con una especie de sonrisa beatífica en la cara. Y ya no la abandonó nunca.

VEN...

Ven...
Voy a enseñarte
un mundo de ilusiones.
Sientate aquí a mi lado.

Y ahora volarán las páginas
de mi callado sueño.

Se esfumará
este mundo inacabado
ya no serán mis ojos
misteriosos.
Mi mirada
será una puerta abierta
tristemente escaparate
de mi alma...
Para tus ojos
Ya no tendré secretos
ni cohartada.
Tú lo sabrás todo,
y tal vez yo ya no podré mirarte.
Pero continuaré gritando, susurrando:

Ven...!

MIRANDO EL RÍO

Desde mi rincón os miro, alejada aún. Sueño que me sumerjo en las cristalinas aguas del rio y nado veloz hacia vosotros. Estáis ahí. A mi alcance. Tan cerca, más cerca que nunca, porque no me véis. Yo también quiero jugar a esto. Enseñaros el camino que serpentea tranquilo hasta donde yo vivo. Donde me atareo con pequeños quehaceres, donde duermen mis recuerdos, como niños felices que se sienten seguros en casa, pero que están deseando despertar para correr al aire libre, jugar con las nubes. Enredarse con los ramajes del futuro, donde anidan las aves.
Volar...

Llegando

Mamá camina despacio, cuidando de no despertar a nadie, susurran las suelas de sus zapatillas en el suelo de madera. Tiene un poco de miedo. Abre la puerta poco a poco. Una luz muy dulce la recibe al otro lado. Entonces sonríe y piensa: ya puedo entrar..