martes, 31 de octubre de 2006

DICE MAMILOCA



DESPIERTENME




que alguien me despierte





Que cuando la luz entre por la ventana
entre también por mis ojos dormidos
y me rescate de estas brumas


que no pueden ser todo.









viernes, 27 de octubre de 2006

Paremos esto


Yo también he firmado ya, como mucha gente. Entre todos, que somos muchos, podemos conseguirlo.
Entre todos, que somos muchos, deberíamos poder parar muchas cosas. La negrura del mundo.


Aquí podéis firmar vosotros también.

jueves, 26 de octubre de 2006

Una carta y una voz







Mamiloca se ha puesto loca de contenta esta tarde. La lluvia pinta de gris la calle y una cortina de agua ha llegado incluso a camuflar un momento el contorno de todas las cosas. Todo era así, muy gris y un poco tristón.
Pero entonces ha llegado una carta del pirata. El pirata le ha traido el sol y el azul salvaje del mar lejano, y por un momento le ha parecido estar allí, con él, frente a los acantilados junto a la playa de arena blanca, como del caribe.
Eso ha alegrado bastante la mirada un poco perdida de Mamiloca, que ha seguido con sus cosas con otro espíritu, mucho más relajado, donde va a parar.
Pero no ha sido solo eso. Un poco más tarde ha recibido una llamada de las tierras del Norte. Una voz cálida y tranquila que por inesperada al principio le ha costado reconocer ( parece mentira, qué bochorno...). Pero era una voz que Mamiloca ama con locura, y acto seguido se ha puesto a hacer planes.
Planes para los próximos días. Para las próximas semanas.
A Mamiloca le encantan esos planes!










martes, 17 de octubre de 2006

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Ha llegado la lluvia. Casi no se atreve a irrumpir después de tanto tiempo, y viene despacio, sigilosamente, como pidiendo disculpas... No hace mucho ruido, es una pequeña lluvia discreta. Pero es un sonido amable que ayuda a dormir.


El sonido de la lluvia tras la ventana.



Hace un tiempo Mamiloca escribió una carta muy breve, una carta con muy pocas palabras. Decía así:


"Es otoño y llueve. A veces es triste..."

martes, 10 de octubre de 2006

Después de ciertas tormentas


Ha visto Mamiloca salir el sol esta mañana. Se levantó tarde, hoy es fiesta en la ciudad y se estaba bien arropadita entre las sábanas. Lo primero que hizo fue ducharse, para empezar bien el día. Se dió cuenta que había regresado el aire de respirar a sus doloridos pulmones, que ya empezaban a estar hartos de tanto racionamiento, al fin y al cabo no estamos en guerra...
Con calma Mamiloca se fue dando cuenta de que el día avanzaba y salió a la calle, por ver qué tal se portaban con la nueva luz los jilgueros y demás pajarillos que pueblan los aleros de los tejados.
No es capaz Mamiloca de escribir con lo de dentro estos días. Han sido días difíciles, y aunque ahora está mejor prefiere dejar pasar las horas sin darles aún ni un pequeño mordisco. Está esperando a afianzarse.
Y mañana tiene que atravesar una frontera.
Y lo hará.
No lo va a pensar mucho no vaya a ser que se amilane en el último momento.
Lo hará nada más llegar.
Y de ese salto dependen muchas cosas de aquí en adelante.


Es una encrucijada.

Juguetes




Mamiloca tiene juguetes. Muchos. Aunque no tantos como quisiera. Tiene un lápiz para dibujar tardes de otoño de esas que siempre le han gustado tanto. Los dibujos le salen con viento del sur incluido, un viento suave que le revuelve el pelo y le hace soltar destellos dorados, como esas hojas que danzan asustando a los caracoles. Añora a veces una buena tormenta, de aquellas que disfrutaba hace años asomada a una ventana enorme, la noche y la lluvia torrencial entrando hasta el piso de baldosas blancas, esas noches llenas de relámpagos en que gritaba a la luna escondida. La luna escondida, los truenos retumbando a su alrededor. Quería comerse la noche en esos otoños lejanos y dorados.
Mamiloca sigue aquí. Bien es verdad que a veces se pone quejica y ruidosa y pesada. Llora como una tonta por los rincones y a veces es como un pato caprichoso, y por eso parece que no está. Se enfurruña porque no le salen las cosas como ella quisiera, y da la sensación de que ha desaparecido.
Pero sigue aquí. Aquí dentro dentro. Siempre supo disfrutar de las cosas de la vida. De las cosas sencillas y también de las complicadas. De todas.
Del otoño siempre.
Siempre.

Diríase que a veces
es su estación preferida...

sábado, 7 de octubre de 2006

FRIO



Hace frío en la habitación nueva de Mamiloca.
Muchos equipajes se han ido haciendo y deshaciendo encima de su cama de aire.
Y el frío como un globo se escapa de sus manos y le hiela el corazón.

Ahora, después de muchos viajes, mira despacio las paredes azules del cuarto
y le molesta el silencio que se lo quiere tragar todo.

Y las maletas están vacías en su destino.
La vuelta queda para más adelante, y el invierno es largo.
Mamiloca ...
Quiere colocar una sonrisa en la mesita de noche, la mesita de noche nueva.
Pero no sabe dónde comprarla.
En cuatro esquinas reina una calma densa donde no caben sus manos.


No hay nadie.
Y por delante globos, globos, globos que vuelan lejos muy alto...
Sus pensamientos.

jueves, 5 de octubre de 2006

Luz


Un poco de luz quisiera. Que ilumine el camino y me traiga a casa los colores que habitan tus ojos.
Un poco de luz que no ciegue, que consuele, que traiga consigo la más bella imagen del mundo.
Por ver, quisiera Mamiloca, que aún quedan colores hermosos, que aún brilla una esperanza cierta.
Que llegarán aún amaneceres jubilosos.

Ese sol que a veces velamos con humaredas sucias y tristes.