jueves, 22 de noviembre de 2007

Miré una luna



Una cinta azul enredándose en mi pelo.
tu mano lejana, invisible, perdida.

Mis manos alzándose
buscando el camino de regreso
ese que no existe

Miré una nube y tú ibas en ella
y viajaba y se esfumaba
como nuestros besos

Miré una luna enorme y triste
que se fue durmiendo
se fue durmiendo

Ahora soy yo quien duerme
y no sé dónde

no sé dónde

no sé dónde...




martes, 13 de noviembre de 2007

Alas


Las alas. Las alas cortadas. Algodón blanco.
Volar quisiera y a veces no me deja el viento.
Que me lleva a otros sitios pegada a la tierra,
como patinando...

-Mamiloca
-Ufff queeeeeeee
-No sabes patinar. Loca, que estás loca.
-Mira que eres pesada. El viento me lleva, no lo ves?
-Yo no veo más que cuando algo te sale al revés empiezas a desvariar y no sabes lo que dices.
-Anda, calla, que yo me entiendo.

Mamiloca quisiera volar lejos pero libre, como el ave fénix. (Que dicen que es muy grande, muy hermosa, enorme, vuela y vuela...)
No está hablando Mamiloca del cóndor, que también es un ave muy grande, y muy bonita, aunque sea un poco parecida a un buitre.

-Mamiloca.
-Qué!!
-Lo ves como no sabes lo que dices? El ave fénix está envuelta en fuego, y renace de sus cenizas. Y es un mito. Tú no eres un mito. Eres Mamiloca y estás como una cabra.
-Anda ésta! Si tú también desvarías! Y ahora qué vamos a hacer? Qué desastre!

Alas quisiera. No cerrar los ojos, pero sí sobrevolar las nubes negras, para no meterme en ellas.
Para no ahogarme.

Mamiloca sueña.
Siempre.
Hoy ha salido el día un poco escorado hacia un mal sitio, pero ya se acaba. Y al cabo, en el fondo, está Mamiloca tan contenta como unas castañuelas. Aunque un poco melancólica. Sólo un poco...