domingo, 17 de diciembre de 2006

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Bosque


Vuelve, Mamiloca! Vuelve ya! ¿Dónde te has metido?

Calla, no grites, estoy en el bosque...

Pero el bosque es muy espeso y no puedo verte!

No importa, no importa, auque no me veas estoy aquí, bajo las ramas del sauce llorón, cerca de la orilla del rio. He encontrado la casa de un gnomo. Es pequeño y juguetón. Si hago mucho ruido se asustará y no podré seguir viendo cómo deshoja las margaritas...

Mamiloca, no sabes que los niños volverán pronto?

De verdad me lo dices? No me mientas, ya sabes qué ganas tengo de verlos. Qué hace una mamiloca sin sus niños? Pero no me hagas caso. Claro que lo sé que volverán. Que pronto estarán conmigo, podré seguir ejerciendo de mamiloca como antes, durante un tiempo, qué divertido!

Y es que Mamiloca se encuentra como en un pocito chico sin sus niños. Sin sitio.

La contemplación de los gnomos es una actividad interesante. Pero ella quiere un poco de acción.

El bosque es grande. Y las nubes encima de él, blancas como algodón.
Hay mariposas revoloteando entre las flores amarillas.
Y miel en las celdas exagonales.

Mamiloca lo ha visto.