viernes, 25 de mayo de 2007

Mamiloca ausente



Tiene Mamiloca otra casa y la cuida y la cuida por ver crecer la vegetación
Y la adorna, y la abandona, y de allí se encuentra ausente a veces y le parece que la casa está vacía.
Vacía de ella misma.
Mientras, otros ojos miran y se dejan mecer un rato en la mecedora del porche.
Dejan una huella indeleble.
Y dice Mamiloca: ha venido gente a casa, y mientras yo, abandonada de mí, tan dejada, estaba ausente. Ni un té les he ofrecido!
Piensa Mamiloca que ha de dejarse caer por allí de vez en cuando, y agasajar a sus invitados, y enseñarles con calma las plantas trepadoras de los jardines.
Repartir abrazos, de cuando en cuando.
Que se note que está agradecida.
Muy agradecida.
Allí le gusta encontrar sonrisas, de esas que a veces se quedan prendidas en las piedrecitas de la entrada...