
En el pueblo de Mamiloca.
A veces tengo ganas de sonreír y abrazar fuerte a alguien.
A veces tengo ganas de gritar y agitar los brazos con ira.
A veces me apetece llorar y otras veces reír a carcajadas.
Unas veces siento ternura por la vida.
Otras veces desaliento.
Pero de todo, de todo todo, lo que menos me gusta es no sentir nada.
El vacío.
Mamiloca no desvaríes.
Que te pierdes.