domingo, 15 de abril de 2007

Desazón




















...Y a veces piensa que no le importaría si llegase el fin. Que el silencio de una vez se instalara a su alrededor, llenándolo todo de paz. Incluso la luz apagándose, todo quieto, quedarse, quedarse...
No tener ni un dedo que mover. Porque todo lo que de maravilla tiene este viaje, ella ya lo sabe, y porque lo sabe no quiere seguir aquí sin poder disfrutarlo en cada recodo.
Sabe que ama todo este lugar. Que hay habitaciones y espejos donde su corazón se recrea.
Ama la luz y el viento y el sol y los mares y los campos abiertos y las calles bulliciosas y la música en lugares oscuros y las escapadas a media noche y vagar por el universo enlazada a otro ser como ella, parecido a ella.
Lo sabe. Pero si hay que estar aquí, hay que estar de verdad.
Y esto no es de verdad.
Por eso debe cambiarlo.

Ay, Mamiloca...

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